Pares de sol, de luz y de armonía,
donde florece el edén de nuestro amor,
y es primavera en mi sangre que seguía,
toda tu vena cubierta de fulgor.
Llueve en mi pecho sencilla letanía,
que el corazón pinta de esencia e ilusión,
mientras te puedo soñar en nuevo día,
lleno de brillos que alegren mi canción.
Y el tiempo pasa tal vez con la costumbre,
que el encontrara en las horas del Señor,
mientras mi vida se acerca hasta la cumbre,
donde se encuentra escondida tu pasión.
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